Este libro estudia las tensiones que surgen en el punto de confluencia entre las instancias de gobierno y quienes ocupaban los amplios escalones bajos de la pirámide social. Se centra en una institución que fue fundamental en México y en muchos países, el jefe político, y desmenuza sus atribuciones y acciones en un país aún en formación. Este poderoso eslabón de la cadena de mando permite examinar algunas de las bases formales del gobierno pero, a la vez, sus incapacidades, la disparidad entre el marco constitucional y el dominio concreto y cotidiano, así como el mundo informal del poder: pactos clientelísticos, favoritismos y sus inevitables abusos. Aunque hubo muchos jefes políticos que se impusieron con verdadera mano dura, la investigación matiza su imagen estereotipada ya que, a fin de cuentas, también debieron de pactar la mayor parte de sus acciones. La obra explica cómo los procesos de dominación transforman a las sociedades pero, a la vez, cómo ese mando fue resistido y moldeado desde abajo. Los grupos populares rurales, en especial los antiguos pueblos indígenas, aparecen como actores informados y creativos capaces de adaptar, modificar, resistir e incluso llegar al extremo de la insurrección para negociar las condiciones concretas de su vida colectiva y personal. Finalmente, este libro es un intento por ir más allá de la narrativa de la formación del estado y descubrir un mundo heterogéneo y diverso, donde resalta la capacidad pueblerina para lograr aflojar algunos de los nudos recurrentes del dominio.
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Romana Falcón
Licenciada en Sociología, Universidad Nacional Autónoma de México (1970 a 1973). (Tesis "La participación campesina y el cambio político en México. La influencia de los grupos agrarias en la postulación de la candidatura de Lázaro Cárdenas.